EL TERREMOTO DE COSTA RICA DEL 27 DE FEBRERO DE 1916.
EL TERREMOTO DE COSTA RICA DEL 27 DE FEBRERO DE 1916.
Por Don J. Fidel Tristán, Secretario del Centro de Estudios Sismológicos,
San José de Costa Rica. Traducción del Bulletin of Geological Society.
San José de Costa Rica. Traducción del Bulletin of Geological Society.
No estaban disponibles los sismogramas del Observatorio del Servicio Sismológico Nacional para el estudio del terremoto del 27 de febrero de 1916, a cargo del ingeniero Rafael Tristan. Desafortunadamente el sismógrafo no ha estado trabajando desde hace algún tiempo debido a que la batería eléctrica está totalmente agotada, y el papel especial para el cilindro se había agotado. También se obtuvo ayuda de telegramas recibida en el observatorio, mientras que la información proporcionada por la prensa fue bastante completa, aunque la mayoría de los datos publicados no tienen valor científico.
Desde el terremoto ocurrido el 29 de noviembre de 1915, a las 11:08 pm, con una intensidad de IV, solo se registró un pequeño sismo el 12 de diciembre a las 8:25 pm, con una intensidad de II. Desde entonces, y durante todo el mes de enero del presente
año, todo ha estado tranquilo, sin tener en cuenta los microsismos. Lo mismo no se puede decir del mes de febrero. El día 23 se sintió un sismo con una intensidad de II, y me enteré que en Puntarenas se sintió otro sismo de corta duración el día 25, a las 21:00 horas. A las 2:47 pm el 27 de febrero de 1916, se hizo sentir en casi todos partes de la República un terremoto violento y prolongado, con una amplitud que no se había registrado nunca antes. El movimiento duró dos minutos y treinta segundos, mientras que el movimiento perceptible duró cincuenta segundos.
De acuerdo con el sismograma de la máquina Ewing,
después del temblor que duró veintiséis segundos siguió un vaivén con una gran
amplitud en dirección noroeste-sureste que aumentó gradualmente hasta que uno
podía ver el oscilatorio y ondulante vaivén de los edificios y los árboles. La
lentitud de las vibraciones permitió que casas y otras cosas siguieran el
movimiento sin perder el equilibrio, y por eso los objetos sueltos se movían de
sus posiciones. No hubo daños en los edificios de la Capital o en otros lugares
de la costa Atlántica. El movimiento muy pronunciado hacia arriba y hacia abajo
produce en las personas una sensación peculiar de náuseas. No hubo ninguna
réplica fuerte sentida durante el día, la mayoría de las personas se sorprendieron
por sus sensaciones, y sólo unos segundos más tarde se dieron cuenta de que era
un terremoto, pues tenían a atribuirle las náuseas a otras causas. En algunos
casos las náuseas fueron tan fueres que provocaron el vómito. El agua de las
corrientes y barrancos se detuvo y se lanzó sobre ambas márgenes a una distancia considerable, y en muchos casos
se embarrialaron por los deslizamientos de tierra.
Los datos del Observatorio:
Este sismo se registró en el observatorio a las
2:47 p.m.; VI de intensidad. La duración
total de la choque fue 2 m y 30 s. La dirección principal del movimiento
oscilatorio fue noroeste-sureste. La amplitud máxima del movimiento oscilatorio
estaba en el componente norte-sur 41 mm. La amplitud máxima de la componente
este-oeste fue de 36 mm. El temblor duró 26 segundos, y se compone de una serie de vibraciones muy
rápidas, con su mayor amplitud de este a oeste; acompañado por un movimiento
marcado de tremor. Después de las cuatro oscilaciones muy fuertes, se produce un
movimiento de basculamiento de amplitud muy grande en una marcada dirección
noroeste-sureste, con grandes ondas, unos 19 segundos después de la fase
principal, hasta tal punto que la aguja que marca la dirección este-oeste saltó
del disco. El balanceo fuerte se propagó por 5 segundos.
La aguja norte-sur continuó registrando el
movimiento de balanceo lento de gran amplitud. La amplitud del tremor fue
también muy marcada, y tenía un máximo que causó las agujas horizontales hicieran
una serie de puntos. Esta fase duró 50 segundos, y fue percibido por todas las
personas. El gran movimiento de balanceo y tremor causó las náuseas que sintieron
muchas personas.
La fase final del terremoto se prolongó durante
74 segundos, y se caracterizó por tener un movimiento de tremor que duró aún
más tiempo hasta que el disco del registro se detuvo.
Este terremoto de epicentro distante, afectó una
zona sísmica muy amplia, debe haber incluido gran parte de todo el país. A las
3:34 se registró un sismo con una intensidad de II, y a las 4:31 otro se
registró también con una intensidad de II.
La zona del terremoto:
En la parte norte de la República de Costa Rica
el choque fue muy intenso en ambas costas, pero fue más fuerte en el lado del
Pacífico. Se informa que se ha dejado sentir en Managua, Nicaragua, aunque no
hubo ningún daño. Se sintió en Limón y en la meseta central. No hay informes de
que se sintiera en el sur del país, pero es probable que se sintiera en la
República de Panamá.
En San José la intensidad correspondió a VII en
la escala Rossi-Forel. Se incrementó hacia el Pacífico, y en Alajuela y San
Ramon algunos edificios fueron dañados. En la parte noroeste de la provincia de
Guanacaste, la intensidad alcanzó IX, con destrucción parcial o total de
algunos edificios. En Limón la intensidad fue IV.
La región afectada:
Los datos obtenidos en lo que respecta a la
intensidad no tienen ningún valor, debido a que nuestros corresponsales no
están familiarizados con la escala Rossi-Forel. Por lo tanto, es imposible
establecer las curvas de isosistas para determinar la región epicentral. Es evidente,
sin embargo, un aumento de la intensidad hacia el noroeste en la costa del
Pacífico. El daño causado es mayor en las ciudades de la parte noroeste de la Península
de Nicoya. Estos hechos nos permiten fijar el área epicentral en una región
comprendida entre la gran bahía Culebra, la Península de Santa Helena, Punta
Gorda. En Sardinal, hay siete kilómetros de costa que sufrió mucho, y en Santa
Cruz, treinta y tres kilómetros hacia el interior, las torres de la iglesia
fueron derribadas. En el Coco, el sismo fue muy grave, y se hicieron grietas en
el suelo.
El epicentro:
De acuerdo con los hechos anteriores, el
epicentro abarca una zona muy grande y extendida hacia el mar, y por esa razón
no puede ser determinado, porque en el mar no hay rastros de los efectos, y en
otros lugares las observaciones son muy escasas. Los datos recibidos van a
demostrar que en el Coco y Sardinal la intensidad fue superior IX, lo que
demuestra que estos lugares estaban en el interior de la zona epicentral, cuyo
centro o epicentro estaba bajo el mar a cierta distancia de la costa. Con el
sismograma Ewing se puede determinar aproximadamente la posición del epicentro.
La fórmula de Omori da una distancia de 227 km desde el observatorio. De San
José hasta Playas del Coco son 194 km en línea recta, de modo que el epicentro
se ubicó a 33 km de la costa. Teniendo en cuenta la dificultad de localizar con
precisión la fase previa o temblor de las fases principales con el sismógrafo
Ewing, se asume que la distancia debe ser menor, y puede ser establecido como en
aproximadamente 25 km de la costa. El epicentro real no es un punto matemático,
sino una zona que puede tener muchas formas, cuyas dimensiones en este caso no
son conocidas. En vista de la gran zona afectada, es de suponer que el foco o
hipocentro del terremoto debe haber estado a gran profundidad.
Sonidos del Terremoto:
En mis investigaciones, se determina que no se escucharon
sonidos en la meseta central antes o después del terremoto, En Santa Cruz, el Sr.
Lauro M. Leal dice que el terremoto fue precedido por "un cavernoso gran
estruendo", y el Sr. I. Ibarra, que estaba navegando en frente de Papagayo
en el momento, dice que "escuchamos diversos sonidos extraños distintos de
los producida por el viento. Ninguna de las otras comunicaciones recibidas menciona
ruidos. Es evidente por lo tanto que estos sonidos se produjeron sólo en la
zona epicentral.
La naturaleza del fenómeno:
La idea de que este terremoto tenga relación con
los fenómenos volcánicos no se puede admitir, puesto que no se ha recibido
noticia de ninguna manifestación volcánica. En la península de Nicoya no hay un
volcán activo, y los que lo hacen existen en la Cordillera Volcánica del norte,
y no han mostrado signos de aumento actividad. Por otro lado si se tratara de
una erupción submarina, debe haber sido formidable para haber producido tal
terremoto, y no hay evidencia de tal fenómeno. En el presente caso, la acción
volcánica está totalmente descartada.
El gran terremoto del día 27 y los que siguieron
inmediatamente después, deben ser considerados como de origen tectónico, es
decir, con los hipocentros a grandes profundidades y, a cierta distancia de la costa.
A pesar de la gran violencia del terremoto, el equilibrio fue restaurado muy
rápidamente, lo que no ha de entenderse en el sentido de que este fenómeno no
se repetirá en el mismo lugar. El 21 de julio a las 19:00, a las 3:14 pm, se
hizo sentir en la misma región un siso fuerte que causó daños considerables. El
periodo sísmico duró casi dos meses. El terremoto del 27 de febrero fue muy
parecido al de 1900, y sin duda tenía el mismo origen.
Esta es otra zona inestable que no está incluido en la Geografía Sismológica del Conde de Montessus de Ballore, por lo tanto, debe añadirse al mapa sismológico de Costa Rica.
EL TERREMOTO DE AYER Y SUS CONSECUENCIAS
Diario La Información, Lunes 28 de Febrero de 1916, Año
VIII, N° 3418
El movimiento sísmico se produjo con más
violencia en Puntarenas y la Provincia de Guanacaste, donde cayeron algunos
edificios sin ocasionar desgracias personales. En Santa Cruz, el temblor
destruyó el templo y causó muchos daños materiales en la población. En Puntarenas
se derrumbó una gran bodega y toda la cristalería de una botica. En Nicaragua
no ha ocurrido nada extraordinario.
Vamos a dar los amplios y completos del
terremoto de ayer y sus consecuencias que dichosamente no han sido fatales,
pues hasta la hora no hemos recibido noticias de que se hayan presentado
desgracias personales en ninguna población de la República. Sí el miedo cundió
en todos los ánimos y, recordando los efectos de la horrible catástrofe de 1910
en Cartago, cada cual huía despavorido en busca de lugares abiertos y alejados
de edificios de mampostería para ponerse sobre seguro; fueron esos tres minutos
que duró el temblor de horrible pesadilla; a ello siguieron otros muchos
minutos de sobresaltos y nerviosidades. Una hora después del terremoto había en
las esquinas la mar de gentes que no se atrevían a entrar a sus casas de
habitación; nos referimos a las familias que habitan en edificios de adobes o
de mampostería, que son, por desgracias, los más de San José. Muchas de esas
familias prefirieron pasar la noche de ayer durmiendo en tiendas de campaña y
galerones, antes que hacerlo en sus casas.
Juan Bautista Romero Casal, corresponsal
de Puntarenas, informa que el terremoto ocasionó daños materiales de mucha
consideración y produjo pánico en los vecinos, que no obstante habitar en casas
de madera, las abandonaron; la tierra formaba ondas y por momentos creímos que
esta pequeña península sería sepultada por las aguas del estero y del mar, pues
en esos momentos se levantaron olas gigantescas en uno y otro lado. Cayó la
bodega de don Napoleón Soto, edificio que medía 50 varas de largo por 25 de
ancho; pertenecía a don Agustín Guido. El señor Soto ha perdido un capital en
mercaderías, se estiman las pérdidas en 15 o 20 mil colones; al desplomarse el
edificio se produjo un ruido infernal que se oyó en toda la ciudad, lo que
contribuyó a aumentar el pánico en el vecindario. La baranda de hierro y el
portón del Hospital también cayeron. En la botica de del señor Grillo la
frasquería se vino al suelo. Cayó parte de la casa de doña María de Guevara;
también cayó una de don León Csares; asimismo la cocina en el Hotel Moderno.
La región más terriblemente azotada ha
sido la de Guanacaste; pareciera que allí hubiera sido el epicentro de semejante
fenómeno sísmico, como pocos registra la historia de Costa Rica, en lo fuerte y
extenso que ha sido. Bastante triste y desconsoladoras son las primeras
noticias que nos llegan de nuestros corresponsales de todas las poblaciones de
importancia de aquella provincia; los daños materiales ocasionados por el
terremoto son de mucha consideración. En Santa Cruz, al temblar se sintió como
bofo el suelo, da espanto caminar por temor a que se pueda abrir en cualquier
momento la tierra. Mucha gente que en el momento del terremoto caminaban por
las calles cayeron. El temblor destruyó el templo, al desplomarse, las paredes
produjeron un ruido infernal y el polvo cubrió la población que quedó casi en
tinieblas, se cayeron las torres con todo y campañas; estas no se dañaron. La
imagen de Esquipulas, patrón de este lugar, otra imagen y un altar quedaron
dañados Cayeron algunas casas, de casi todos los edificios se deslizaron los
techos que cayeron a la calle donde hay desparramadas mucha teja y latas de
zinc.
En Playas de El Coco, las casas se
mecieron como hamacas, se cayeron las tejas, el ganado huyó espantado y la
playa se rajó en dirección Este a Oeste, formando la rajaduras líneas
paralelas, de una o dos pulgadas de ancho por largos diferentes. En el estero
de El Coco las rajaduras son de forma cuadriculada y ancha, en partes de una
cuarta.
En Sardinal el terremoto destruyó la
iglesia. Las paredes laterales y la del fondo permanecen en pie. Habrá que
botarlas. De todos los edificios cayeron las tejas; una casa de adobes quedó en
pésimo estado. El Ganado se acostó en los momentos que se produjo el
terremotazo y bramaban desesperadamente; se de jinetes que en esos momentos
trabajaban en los campos que cayeron al suelo con sus cabalgaduras, arrojados
por el gran bamboleo de la tierra, que fue espantoso. En establecimientos
comerciales y casas particulares ocasionó daños de consideración.
En Liberia se cayeron las paredes de
algunos edificios viejos, la mayor parte de las casas muestran rasgaduras en
las paredes. El edificio que ocupan las oficinas judiciales, correos y telégrafos
quedó ligeramente dañado. Sufrieron serios daños el Cuartel, la iglesia y la
cárcel. En la Cruz, las pilas del telégrafo fueron destrozadas.
El capitán de la embarcación Isabel
Ibarra dice que frente a la costa de Papagayo con buena mar y viento
inmejorable, de repente se produjeron olas como montañas; me fijé a la tierra y
vi que los cerros se bamboleaban lentamente. Noté fuertes ondulaciones en una
planicie cercana. Se produjeron en aquellos momentos ruidos diferentes a los
producidos por el viento.
En Tilarán, se confirma un informe
anterior, que indica que la Cordillera está cubierta de denso y azulado humo.
Según noticias que llegan de allá, en aquella población ha caído lava. Es en
esta opinión general que el temblor fue producido por el cerro volcánico de El
Arenal, donde se juzga existe un volcán. En Tilarán hace un frío espantoso. La
claridad de anoche en el cerro dejó ver un intenso resplandor y a las 7 p. m.
hubo gran exhalación.
Etiquetas: 1916, J. FideL Tristán, Terremoto de Costa Rica, Waldo Taylor
2 comentarios:
Hola Waldo, no sabia que tenias este blog esta interesante, dejare tiempo para leer un poco. Una idea asi tengo para Nicaragua, e inicie un blog escribiendo pequenas cosas, y ha ido creciendo. Lo comparto por aca para estar en sintonia http://kashikoidesu.blogspot.jp/
Saludos,
Delvin (a ver si recuerdas del PASI en Leon)
Excelente blog, que no conocía. Esta publicación adquiere una especial significación luego del sismo de 6,6 grados, de hoy hacia el oeste del golfo de Papagayo, luego de meses de bastante actividad en esa sección de la zona de subducción, que se aleja de la costa de Guanacaste.
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