Historia sísmica de Nicoya, siglos del XVI al XIX
Historia sísmica de Nicoya, siglos del XVI al XIX
Geól. Waldo Taylor Castillo
Gil González Dávila fue el descubridor
de Nicoya en 1522. Eladio Prado (1924), informa que la parroquia de Nicoya es
considerada como la más antigua de Costa Rica, fijándose su fundación entre los
años 1522 y 1544. Se sabe que en este último año ya ejercía un sacerdote, la
cura de almas, sin que su nombre haya llegado hasta nosotros. La iglesia de
Guanacaste (hoy Liberia) dependió de la parroquia de Nicoya hasta el año de
1790. Separadas por el río Tempisque, su población se dividía en dos partes:
indios y ladinos. El templo parroquial fue edificado por los franciscanos, que
era el más bello de toda la región conocida hoy con el nombre de Guanacaste
(Bagaces y Las Cañas pertenecían anteriormente, a la parroquia de Esparza).
La historia sísmica de Nicoya ofrece
grandes dificultades debido a que, en dos distintas ocasiones, la Casa Curál
fue devorada por las llamas, perdiéndose el archivo. El primer incendio, que
destruyó totalmente la población tuvo lugar en el año de 1687, cuando fue
incendiada por los piratas ingleses y franceses. El segundo fue ocasionado por
un rayo que cayó sobre la Casa Curál en la noche del 23 de agosto de 1783
(Prado, 1924).
Peralta, J. F. (1892), describe el
incendio de Nicoya por parte de los Piratas así: “Los piratas Sharp y Dampier
incendiaron Nicoya el 12 de febrero de 1687. La descripción de los hechos la he
visto en el propio libro de Rameneau de
Lussan, quien acompaño a los filibusteros de América de 1684 y años
siguientes. Los piratas ingleses y franceses, aunque enemigos entre sí, se
unían de todo corazón para a atacar y saquear las poblaciones españolas. Nicoya
era de aspecto agradable, con buenas iglesias pero las casas particulares
estaban muy mal construidas, hay altas montañas que rodean la población.
Antes de prender fuego al pueblo, los
franceses tuvieron cuidado de sacar las imágenes de las iglesias y las que se
encontraban en las casas de los vecinos, tanto por ser objetos que ellos
reverenciaban, como por librarlos del furor de los ingleses, quienes gozaban en
profanar y despedazar todo lo que fuera de culto católico. Después del incendio
de Nicoya, los piratas franceses, como era su costumbre, entonaron un
sentimiento de Te-Deum en acción de
gracias a la Divina Providencia que había coronado de feliz éxito su empresa y
los había librado de todo peligro”.
En cuanto a la destrucción por
terremotos, Prado (1924) menciona que por tercera vez fue destruido ese templo
por los terremotos de 1822, reedificándose en 1827 con un costo de más de seis
mil pesos, valor que fue cubierto con los bienes de las cinco cofradías que
existían en la parroquia.
En 1751 había en Nicoya 60 familias, 120 casas
de paja, distribuidas en desorden, de las cuales 20 de ladinos y las restantes
de indios. Los ladinos en toda esta provincia alcanzaban el número de 590
(Prado, 1924). Esto sugiere que, como las casas eran de paja, los terremotos no
causaban mayores daños entre la población,
y por lo tanto en caso de ser dañadas, eran fácilmente reparadas. Las fechas de
los terremotos ocurridos antes y en periodo intermedio de los incendios, se
perdieron para siempre, lo que sí parece claro es que antes de 1822, ya Nicoya
había sufrido al menos 2 terremotos.
Sabemos que el 3 de marzo de 1822 ocurrió
un sismo, al que se le asigna una magnitud de 7,0 localizado en la costa,
frente a Quepos, por lo tanto pudo ser este sismo el que provocara daños en
Nicoya. El 7 de mayo de 1822 ocurrió el terremoto de San Estanislao (en este
blog puede encontrar un relato de ese terremoto). El sismo estuvo localizado
muy probablemente en el mar Caribe y por la distancia, no creo que este terremoto
sea el que destruyó la iglesia de Nicoya. Prado (1924) usa el plural cuando dice que "el templo de Nicoya fue destruido por los terremotos de 1822", por lo que también es probable que el responsable de los daños sea un enjambre
sísmico.
En el libro de Peraldo, G. y Montero, W. (1999), hacen mencion a
dos sismos más que afectaron Nicoya y Santa Cruz el 3 de abril de 1826 y el 2
de octubre de 1833.
Por último, el 24 de agosto y el 8 de setiembre de
1853 ocurrieron don sismos de importancia en Guanacaste. El primero destruyó Cañas
y el segundo causó daños importantes en los poblados de Nicoya y Filadelfia. A
continuación transcribo los informes oficiales del señor Rudecindo Guardia:
Terremoto del 24 de agosto de 1853
Parte oficial publicado en el periódico oficial la
Gaceta el 17 de setiembre de 1853
Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr.
Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 11 de 1853.
Según datos que ha adquirido esta
Gobernación y los detalles comunicados por el Jefe Político del Cantón de
Bagaces, los estragos hechos por el temblor de 26 de Agosto último (esta fecha
es la que dice el parte oficial) en la Villa de Cañas fueron de bastante
consideración, pues no solamente se destecharon todas las casas enteramente,
sino que también cayeron algunas y las demás quedaron desplomadas. Sin embargo,
aquellos vecinos desecharon la oferta que les mandó hacer esta Gobernación de
trasladarse a Bagaces a ocupar las casas públicas que existen allí y otros
alojamientos que se les había mandado preparar para que pasasen allí los meses
restantes de inverno; pero ellos prefirieron reparar en lo posible las casas
que no habían caído, aprovechándose de la construcción que es de horcones y las
volvieron a cubrir de nuevo en la parte que pudieron con la teja que había
quedado sin romperse, y según han manifestado, se hallan ya establecidos otra
vez en sus casas.
La comisión que fue a explorar el cerro
llamado el “Pelado”, que se supone que era el que había hecho la explosión,
regresó después de haber examinado aquel cerro, y según sus investigaciones, se
ha sabido que no era allí el origen de los temblores, porque no se encontró
ningún vestigio de erupciones, y habiéndose internado los miembros de la
Comisión sobre la cordillera advirtieron que hacia el Este se divisaba un
pequeño cerro a poca distancia del volcán Tenorio, y que de este se elevaban
grandes humaredas de diferente: también observaron la destrucción de una parte de
montaña y grandes oquedades de la tierra que se había abierto en grietas.
El ocho del corriente se repitió otro
movimiento de tierra bastante fuerte, pero ya no ocasionó estragos en aquella
Villa y aunque sigue temblando casi todos los días, es con menos violencia: sin
embargo no dejan de quedar atemorizados aquellos vecinos.
Dígnese usted elevar lo expuesto al alto
conocimiento de su excelentísimo el Sr. Presidente, y aceptar las protestas de
alto respeto con que me suscribo de usted su atento servidor. Dios guare a
usted.
Rudecindo Guardia
Temblor del 8 de setiembre de 1853
Parte oficial publicado en el periódico oficial la
Gaceta el 1 de octubre de 1853
Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr.
Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 22 de 1853.
Con fecha 15 de setiembre de 1853, se ha
recibido en esta Gobernación un parte oficial del Jefe Político de Santa Cruz,
relativo al fuerte temblor de tierra que se sufrió en aquella Villa el día 8 de
este mismo mes como a la una de la tarde, que ocasionó varios perjuicios a
aquellos moradores en sus casas de habitación, y aun en la Iglesia Parroquial;
extendiéndose aquellos hasta el barrio de Siete Cueros (Hoy es la ciudad de
Filadelfia), donde también sufrieron bastante, a pesar de que dista siete
leguas de San Cruz (unos 35 km); siendo de advertir que en las Villas de
Bagaces y Cañas apenas se hizo sentir, y en esta Ciudad, aunque fue dilatado y
fuerte, no ocasionó ningún daño en las casas de la población. Por lo que se
dejó expuesto, se cree con bastante fundamento que el temblor de San Cruz lo
ocasionó otro volcán y que no fue efecto del que arruinó la Villa de Cañas, de
que ya he dado cuenta a usted.
Aunque el Jefe Político del Cantón de
Nicoya no ha dado aviso oficial a esta Gobernación, por cartas privadas se
asegura que en aquella Villa también ocasionó daños considerables el mismo
movimiento de tierra, pues la Capilla de aquella Iglesia, que no ha mucho se
había concluido, fue arruinada casi en su totalidad. Se han pedido a aquellas
autoridades detalles circunstanciados de tan desagradables ocurrencias, con que
oportunamente daré cuenta al Ministerio de usted.
Tengo el honor, señor Ministro de
suscribirme su más atento obsecuente servidor. Dios guarde a usted.
Rudecindo Guardia.
Referencias
La Gaceta, Boletín oficial N° 253, Año
VII, 17 de setiembre de 1853.
La Gaceta, Boletín oficial N° 255, Año
VII, 1 de octubre 1853.
Prado E., 1924: La Parroquia de Nicoya
durante la administración de los Franciscanos.- Revista de Costa Rica, Agosto
de 1924, páginas 202-204.
Peraldo G. y Montero W., 1999:
Sismología Histórica de América Central.- Instituto Panamericano de Geografía e
Historia, 347 p.
Peralta, J., F., 1892: Apuntes Históricos
III.- Revista de Costa Rica, Julio de 1892, páginas 135-145.
Etiquetas: Historia sísmica de Nicoya, siglos del XVI al XIX, terremoto de 1822, terremoto de 1853, Waldo Taylor Castillo
1 comentarios:
Me cae como anillo al dedo para lo que estoy investigando sobre el pasado terremoto de Sámara. Mil gracias y Bendiciones. Allan
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