sábado, 16 de febrero de 2013

Historia sísmica de Nicoya, siglos del XVI al XIX



Historia sísmica de Nicoya, siglos del XVI al XIX
Geól. Waldo Taylor Castillo

Gil González Dávila fue el descubridor de Nicoya en 1522. Eladio Prado (1924), informa que la parroquia de Nicoya es considerada como la más antigua de Costa Rica, fijándose su fundación entre los años 1522 y 1544. Se sabe que en este último año ya ejercía un sacerdote, la cura de almas, sin que su nombre haya llegado hasta nosotros. La iglesia de Guanacaste (hoy Liberia) dependió de la parroquia de Nicoya hasta el año de 1790. Separadas por el río Tempisque, su población se dividía en dos partes: indios y ladinos. El templo parroquial fue edificado por los franciscanos, que era el más bello de toda la región conocida hoy con el nombre de Guanacaste (Bagaces y Las Cañas pertenecían anteriormente, a la parroquia de Esparza).

La historia sísmica de Nicoya ofrece grandes dificultades debido a que, en dos distintas ocasiones, la Casa Curál fue devorada por las llamas, perdiéndose el archivo. El primer incendio, que destruyó totalmente la población tuvo lugar en el año de 1687, cuando fue incendiada por los piratas ingleses y franceses. El segundo fue ocasionado por un rayo que cayó sobre la Casa Curál en la noche del 23 de agosto de 1783 (Prado, 1924).

Peralta, J. F. (1892), describe el incendio de Nicoya por parte de los Piratas así: “Los piratas Sharp y Dampier incendiaron Nicoya el 12 de febrero de 1687. La descripción de los hechos la he visto en el propio libro de Rameneau de Lussan, quien acompaño a los filibusteros de América de 1684 y años siguientes. Los piratas ingleses y franceses, aunque enemigos entre sí, se unían de todo corazón para a atacar y saquear las poblaciones españolas. Nicoya era de aspecto agradable, con buenas iglesias pero las casas particulares estaban muy mal construidas, hay altas montañas que rodean la población.

Antes de prender fuego al pueblo, los franceses tuvieron cuidado de sacar las imágenes de las iglesias y las que se encontraban en las casas de los vecinos, tanto por ser objetos que ellos reverenciaban, como por librarlos del furor de los ingleses, quienes gozaban en profanar y despedazar todo lo que fuera de culto católico. Después del incendio de Nicoya, los piratas franceses, como era su costumbre, entonaron un sentimiento de Te-Deum en acción de gracias a la Divina Providencia que había coronado de feliz éxito su empresa y los había librado de todo peligro”.

En cuanto a la destrucción por terremotos, Prado (1924) menciona que por tercera vez fue destruido ese templo por los terremotos de 1822, reedificándose en 1827 con un costo de más de seis mil pesos, valor que fue cubierto con los bienes de las cinco cofradías que existían en la parroquia.

En 1751 había en Nicoya 60 familias, 120 casas de paja, distribuidas en desorden, de las cuales 20 de ladinos y las restantes de indios. Los ladinos en toda esta provincia alcanzaban el número de 590 (Prado, 1924). Esto sugiere que, como las casas eran de paja, los terremotos no causaban mayores daños entre la población, y por lo tanto en caso de ser dañadas, eran fácilmente reparadas. Las fechas de los terremotos ocurridos antes y en periodo intermedio de los incendios, se perdieron para siempre, lo que sí parece claro es que antes de 1822, ya Nicoya había sufrido al menos 2 terremotos.

Sabemos que el 3 de marzo de 1822 ocurrió un sismo, al que se le asigna una magnitud de 7,0 localizado en la costa, frente a Quepos, por lo tanto pudo ser este sismo el que provocara daños en Nicoya. El 7 de mayo de 1822 ocurrió el terremoto de San Estanislao (en este blog puede encontrar un relato de ese terremoto). El sismo estuvo localizado muy probablemente en el mar Caribe y por la distancia, no creo que este terremoto sea el que destruyó la iglesia de Nicoya. Prado (1924) usa el plural cuando dice que "el templo de Nicoya fue destruido por los terremotos de 1822", por lo que también es probable que el responsable de los daños sea un enjambre sísmico.

En el libro de Peraldo, G. y Montero, W. (1999), hacen mencion a dos sismos más que afectaron Nicoya y Santa Cruz el 3 de abril de 1826 y el 2 de octubre de 1833.

Por último, el 24 de agosto y el 8 de setiembre de 1853 ocurrieron don sismos de importancia en Guanacaste. El primero destruyó Cañas y el segundo causó daños importantes en los poblados de Nicoya y Filadelfia. A continuación transcribo los informes oficiales del señor Rudecindo Guardia:   

Terremoto del 24 de agosto de 1853
Parte oficial publicado en el periódico oficial la Gaceta el 17 de setiembre de 1853

Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr. Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 11 de 1853.

Según datos que ha adquirido esta Gobernación y los detalles comunicados por el Jefe Político del Cantón de Bagaces, los estragos hechos por el temblor de 26 de Agosto último (esta fecha es la que dice el parte oficial) en la Villa de Cañas fueron de bastante consideración, pues no solamente se destecharon todas las casas enteramente, sino que también cayeron algunas y las demás quedaron desplomadas. Sin embargo, aquellos vecinos desecharon la oferta que les mandó hacer esta Gobernación de trasladarse a Bagaces a ocupar las casas públicas que existen allí y otros alojamientos que se les había mandado preparar para que pasasen allí los meses restantes de inverno; pero ellos prefirieron reparar en lo posible las casas que no habían caído, aprovechándose de la construcción que es de horcones y las volvieron a cubrir de nuevo en la parte que pudieron con la teja que había quedado sin romperse, y según han manifestado, se hallan ya establecidos otra vez en sus casas.

La comisión que fue a explorar el cerro llamado el “Pelado”, que se supone que era el que había hecho la explosión, regresó después de haber examinado aquel cerro, y según sus investigaciones, se ha sabido que no era allí el origen de los temblores, porque no se encontró ningún vestigio de erupciones, y habiéndose internado los miembros de la Comisión sobre la cordillera advirtieron que hacia el Este se divisaba un pequeño cerro a poca distancia del volcán Tenorio, y que de este se elevaban grandes humaredas de diferente: también observaron la destrucción de una parte de montaña y grandes oquedades de la tierra que se había abierto en grietas.

El ocho del corriente se repitió otro movimiento de tierra bastante fuerte, pero ya no ocasionó estragos en aquella Villa y aunque sigue temblando casi todos los días, es con menos violencia: sin embargo no dejan de quedar atemorizados aquellos vecinos.

Dígnese usted elevar lo expuesto al alto conocimiento de su excelentísimo el Sr. Presidente, y aceptar las protestas de alto respeto con que me suscribo de usted su atento servidor. Dios guare a usted.

Rudecindo Guardia 


Temblor del 8 de setiembre de 1853
Parte oficial publicado en el periódico oficial la Gaceta el 1 de octubre de 1853

Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr. Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 22 de 1853.

Con fecha 15 de setiembre de 1853, se ha recibido en esta Gobernación un parte oficial del Jefe Político de Santa Cruz, relativo al fuerte temblor de tierra que se sufrió en aquella Villa el día 8 de este mismo mes como a la una de la tarde, que ocasionó varios perjuicios a aquellos moradores en sus casas de habitación, y aun en la Iglesia Parroquial; extendiéndose aquellos hasta el barrio de Siete Cueros (Hoy es la ciudad de Filadelfia), donde también sufrieron bastante, a pesar de que dista siete leguas de San Cruz (unos 35 km); siendo de advertir que en las Villas de Bagaces y Cañas apenas se hizo sentir, y en esta Ciudad, aunque fue dilatado y fuerte, no ocasionó ningún daño en las casas de la población. Por lo que se dejó expuesto, se cree con bastante fundamento que el temblor de San Cruz lo ocasionó otro volcán y que no fue efecto del que arruinó la Villa de Cañas, de que ya he dado cuenta a usted.

Aunque el Jefe Político del Cantón de Nicoya no ha dado aviso oficial a esta Gobernación, por cartas privadas se asegura que en aquella Villa también ocasionó daños considerables el mismo movimiento de tierra, pues la Capilla de aquella Iglesia, que no ha mucho se había concluido, fue arruinada casi en su totalidad. Se han pedido a aquellas autoridades detalles circunstanciados de tan desagradables ocurrencias, con que oportunamente daré cuenta al Ministerio de usted.

Tengo el honor, señor Ministro de suscribirme su más atento obsecuente servidor. Dios guarde a usted.

Rudecindo Guardia.


Referencias

La Gaceta, Boletín oficial N° 253, Año VII, 17 de setiembre de 1853.

La Gaceta, Boletín oficial N° 255, Año VII, 1 de octubre 1853.

Prado E., 1924: La Parroquia de Nicoya durante la administración de los Franciscanos.- Revista de Costa Rica, Agosto de 1924, páginas 202-204.

Peraldo G. y Montero W., 1999: Sismología Histórica de América Central.- Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 347 p.

Peralta, J., F., 1892: Apuntes Históricos III.- Revista de Costa Rica, Julio de 1892, páginas 135-145.

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1 comentarios:

A las 16 de febrero de 2013, 23:23 , Blogger Allan López ha dicho...

Me cae como anillo al dedo para lo que estoy investigando sobre el pasado terremoto de Sámara. Mil gracias y Bendiciones. Allan

 

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