Terremoto del 24 de agosto de 1853
Terremoto del 24 de agosto de 1853
Parte oficial publicado en el periódico oficial la
Gaceta el 17 de setiembre de 1853
Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr.
Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 11 de 1853.
Según datos que ha adquirido esta
Gobernación y los detalles comunicados por el Jefe Político del Cantón de
Bagaces, los estragos hechos por el temblor de 26 de Agosto último (esta fecha
es la que dice el parte oficial) en la Villa de Cañas fueron de bastante
consideración, pues no solamente se destecharon todas las casas enteramente,
sino que también cayeron algunas y las demás quedaron desplomadas. Sin embargo,
aquellos vecinos desecharon la oferta que les mandó hacer esta Gobernación de
trasladarse a Bagaces a ocupar las casas públicas que existen allí y otros
alojamientos que se les había mandado preparar para que pasasen allí los meses
restantes de inverno; pero ellos prefirieron reparar en lo posible las casas
que no habían caído, aprovechándose de la construcción que es de horcones y las
volvieron a cubrir de nuevo en la parte que pudieron con la teja que había
quedado sin romperse, y según han manifestado, se hallan ya establecidos otra
vez en sus casas.
La comisión que fue a explorar el cerro
llamado el “Pelado”, que se supone que era el que había hecho la explosión,
regresó después de haber examinado aquel cerro, y según sus investigaciones, se
ha sabido que no era allí el origen de los temblores, porque no se encontró
ningún vestigio de erupciones, y habiéndose internado los miembros de la
Comisión sobre la cordillera advirtieron que hacia el Este se divisaba un
pequeño cerro a poca distancia del volcán Tenorio, y que de este se elevaban
grandes humaredas de diferente: también observaron la destrucción de una parte
de montaña y grandes oquedades de la tierra que se había abierto en grietas.
El ocho del corriente se repitió otro
movimiento de tierra bastante fuerte, pero ya no ocasionó estragos en aquella
Villa y aunque sigue temblando casi todos los días, es con menos violencia: sin
embargo no dejan de quedar atemorizados aquellos vecinos.
Dígnese usted elevar lo expuesto al alto
conocimiento de su excelentísimo el Sr. Presidente, y aceptar las protestas de
alto respeto con que me suscribo de usted su atento servidor. Dios guare a
usted.
Rudecindo Guardia
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