martes, 4 de junio de 2024

Temblor del 8 de setiembre de 1853

 


Temblor del 8 de setiembre de 1853

Parte oficial publicado en el periódico oficial la Gaceta el 1 de octubre de 1853

 

Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr. Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 22 de 1853.

 

Con fecha 15 de setiembre de 1853, se ha recibido en esta Gobernación un parte oficial del Jefe Político de Santa Cruz, relativo al fuerte temblor de tierra que se sufrió en aquella Villa el día 8 de este mismo mes como a la una de la tarde, que ocasionó varios perjuicios a aquellos moradores en sus casas de habitación, y aun en la Iglesia Parroquial; extendiéndose aquellos hasta el barrio de Siete Cueros (Hoy es la ciudad de Filadelfia), donde también sufrieron bastante, a pesar de que dista siete leguas de San Cruz (unos 35 km); siendo de advertir que en las Villas de Bagaces y Cañas apenas se hizo sentir, y en esta Ciudad, aunque fue dilatado y fuerte, no ocasionó ningún daño en las casas de la población. Por lo que se dejó expuesto, se cree con bastante fundamento que el temblor de San Cruz lo ocasionó otro volcán y que no fue efecto del que arruinó la Villa de Cañas, de que ya he dado cuenta a usted.

 

Aunque el Jefe Político del Cantón de Nicoya no ha dado aviso oficial a esta Gobernación, por cartas privadas se asegura que en aquella Villa también ocasionó daños considerables el mismo movimiento de tierra, pues la Capilla de aquella Iglesia, que no ha mucho se había concluido, fue arruinada casi en su totalidad. Se han pedido a aquellas autoridades detalles circunstanciados de tan desagradables ocurrencias, con que oportunamente daré cuenta al Ministerio de usted.

 

Tengo el honor, señor Ministro de suscribirme su más atento obsecuente servidor. Dios guarde a usted.

 

Rudecindo Guardia.

 

 

Terremoto del 24 de agosto de 1853

 

Terremoto del 24 de agosto de 1853

Parte oficial publicado en el periódico oficial la Gaceta el 17 de setiembre de 1853

 

Gobernación de la Provincia del Guanacaste. Sr. Ministro de Gobernación. Guanacaste, Setiembre 11 de 1853.

 

Según datos que ha adquirido esta Gobernación y los detalles comunicados por el Jefe Político del Cantón de Bagaces, los estragos hechos por el temblor de 26 de Agosto último (esta fecha es la que dice el parte oficial) en la Villa de Cañas fueron de bastante consideración, pues no solamente se destecharon todas las casas enteramente, sino que también cayeron algunas y las demás quedaron desplomadas. Sin embargo, aquellos vecinos desecharon la oferta que les mandó hacer esta Gobernación de trasladarse a Bagaces a ocupar las casas públicas que existen allí y otros alojamientos que se les había mandado preparar para que pasasen allí los meses restantes de inverno; pero ellos prefirieron reparar en lo posible las casas que no habían caído, aprovechándose de la construcción que es de horcones y las volvieron a cubrir de nuevo en la parte que pudieron con la teja que había quedado sin romperse, y según han manifestado, se hallan ya establecidos otra vez en sus casas.

 

La comisión que fue a explorar el cerro llamado el “Pelado”, que se supone que era el que había hecho la explosión, regresó después de haber examinado aquel cerro, y según sus investigaciones, se ha sabido que no era allí el origen de los temblores, porque no se encontró ningún vestigio de erupciones, y habiéndose internado los miembros de la Comisión sobre la cordillera advirtieron que hacia el Este se divisaba un pequeño cerro a poca distancia del volcán Tenorio, y que de este se elevaban grandes humaredas de diferente: también observaron la destrucción de una parte de montaña y grandes oquedades de la tierra que se había abierto en grietas.

 

El ocho del corriente se repitió otro movimiento de tierra bastante fuerte, pero ya no ocasionó estragos en aquella Villa y aunque sigue temblando casi todos los días, es con menos violencia: sin embargo no dejan de quedar atemorizados aquellos vecinos.

 

Dígnese usted elevar lo expuesto al alto conocimiento de su excelentísimo el Sr. Presidente, y aceptar las protestas de alto respeto con que me suscribo de usted su atento servidor. Dios guare a usted.

 

Rudecindo Guardia