El terremoto del 20 de enero de 1905, Informe de Henri Pittier y otros datos
El terremoto del 20 de enero de 1905
Informe de Henri Pittier, Páginas Ilustradas, Año 2,
números 53 y 54, del 19 y 20 de marzo de 1905.
En cuanto a la intensidad, los
disturbios sísmicos de los días 20 de Diciembre 1904 (ver la información de este
sismo en este mismo blog) y 20 de Enero 1905, han sido para Costa Rica los más
recios ocurridos después de los terremotos del 1888-89 (ver también la
información de estos sismos en este blog). Pero mientras estos últimos se
anunciaron con una larga serie de temblores de fuerza creciente y fueron
seguidos por otros mucho menos sensibles cada vez, los primeros llegaron sin
ninguna advertencia, y casi no han tenido acompañamiento.
Acerca del terremoto del 20 de
Diciembre, los datos son sumamente imperfectos en lo que se relaciona con la intensidad,
duración y demás elementos conseguidos por medio de medidas instrumentales. Los
sismógrafos del Observatorio de San José se encontraban en mal estado y no
trabajaron: ¡Hacia tanto tiempo que no temblaba que se suponía que los tales
temblores se habían acabado para siempre!. El área cubierta por el fenómeno se
extendió más allá de los límites del país, con la circunstancia muy rara de que
las sacudidas estuvieron en apariencia más fuertes en Limón y en el resto del
litoral del Atlántico, que en la vertiente occidental de la cordillera madre.
En limón estimé la duración total en 21 segundos y las oscilaciones fueron de
tal fuerza que aún a personas se mucha calma les dio miedo ver las casas
tambaleándose de un lado a otro. El edificio de la United Fruit Company se rajó
horizontalmente en todo su contorno y a los dos tercios de su altura total,
siguiendo una ley conocida de la mecánica. En el interior del país, el
movimiento fue aparentemente menos intenso aunque bastante fuerte para producir
rajaduras en algunos edificios y asustar al público. Varias criaturas pueden
hacer responsable a este terremoto y a su sucesor del 20 de Enero de su
temprana llegada a este mundo. Aquel fue inmediatamente seguido por una serie
de días borrascosos, con lluvias torrenciales, inundaciones y graves trastornos
en las líneas férreas del lado del Atlántico. El del 20 de Enero vino
igualmente seguido de tempestades con iguales complicaciones, pero después de
algunos días.
Ambos temblores ocurrieron en día de
luna llena, pero ¡lejos de mi idea de culpar al astro de las noches por tales
calamidades!, creo que en el actual estado de nuestros conocimientos, no se
puede establecer con fundamento paralelismo casual alguno, entre los fenómenos
sísmicos y el estudio de las obras modernas sobre la materia, me ha confirmado
en esta opinión.
Pero no escribo estas líneas por vía de
disquisición sobre el origen de los temblores, sino sencillamente para sentar
algunas nociones sobre un caso concreto, el terremoto del 20 de Enero, fundándome
en los hechos publicados por la prensa del país y en los datos de los
sismógrafos del Instituto Físico-geográfico; pues esta vez funcionaron, lo que
nos permite reconstruir parte del fenómeno, mediante ciertas modificaciones
preliminares. El sismógrafo de doble péndulo de Ewing, aparato delicado y de
difícil manejo, no estaba dispuesto de conformidad con las instrucciones, y dio
un trazo algo embrollado, visible en la figura 1. El
largo de las palancas llevando los alfileres que hacen las veces de plumas,
debe arreglarse de modo que dividan el radio del disco que recibe el trazo
cuatro partes. La pluma del péndulo vertical, o de trepidación, se coloca a ¼,
la del péndulo oscilando de E-W a la mitad, y la del péndulo de N-S a los 3/4
de radio del centro. Además las tres plumas deberían haberse puesto en
línea recta, en un mismo radio. De modo que poco más ó menos esas plumas
hubieran debido ocupar respectivamente las posiciones indicadas en la
reconstrucción del disco figura. 2, por las letras T, W-E y N·S. Otro detalle
al que no se atendió, es a regular el aparato que mueve el disco de manera que
éste diera su vuelta en 60 segundos. Giró en 41 segundos solamente, y no
hubiera abarcado todo el fenómeno si hubiese tenido duración igual á otros temblores de mayor intensidad, ocurridos en
este país. Se gradúa la velocidad del referido disco poniendo aceite de olivas
en cantidad conveniente, en el depósito colocado en la parte superior del
motor, de manera a limitar la velocidad del volante que gira en el mismo.
Figura 1. Registro del terremoto del 20 de enero de 1905. |
Dadas estas explicaciones
que pueden ser útiles para lo futuro, paso á describir las fases principales
del temblor en San José, tales como las registró el aparato y como se deducen
del grabado reconstruido en la figura 2. El sacudimiento empezó como generalmente
sucede con unos tremores de advertencia, o premonitorios, suficientes para
poner el aparato en movimiento, pero desapercibidos por el público. Estos movimientos
microsísmicos se notan por las ligeras ondulaciones de las líneas W-E y N-S. Según
esta última, duraron como 3 y 1/2 segundos y terminaron por un choque más
fuerte. El gran movimiento se inició como 3 y ½ segundos después y fue
netamente de NNW á SSE, esto es, intermediario al plan de oscilación de los dos
péndulos horizontales. Los trazos de estos últimos pueden considerarse como las
componentes (o mejor dicho las descomponentes) del movimiento, y siendo
la amplitud de las oscilaciones mayor en el péndulo N-S que en el de E-W se
deduce que aquel se acercaba más a esta última dirección.
Figura 2. Ejemplo de como debió haber salido el registro del terremoto. |
Estás indicaciones están
confirmadas por el trazo del péndulo invertido (figura 3), cuyo núcleo
principal se forma de líneas orientadas más o menos de NW a SE. No puedo explicar
los singulares zigzags iniciales del péndulo de trepidación sino por el choque de
la pluma con algún obstáculo, y aunque algunas personas pretenden haber sentido
trepidaciones, creo más bien que las sinuosidades que siguen a dichos zigzags
son más bien un efecto del desequilibrio del péndulo, producido por la fuerza
de inercia. De la misma manera pueden explicarse las ondulaciones menos
irregulares de los dos péndulos horizontales á partir de los 19 segundos, que
serían el tiempo de la duración total del fenómeno. Las interrupciones en trazo
N-S, proceden del contacto de las plumas á consecuencia de su colocación
defectuosa.
Figura 3. Trazo del sismógrafo del péndulo invertido durante el terremoto del 20 de enero de 1905. |
En resumen, resulta del estudio del disco que el terremoto tuvo lugar
el 20 de Enero a las 0 h, 23 m y 08 s p.m., esto es, poco después del medio
día, tiempo medio de San José. La dirección fue de NNW a SSE, y su duración de
19 s. Estos datos difieren ligeramente de los del boletín distribuido el mismo
día, porque el enredo de las curvas tal como se ve en la figura 1, hacía muy
difícil una lectura exacta. La intensidad de los temblores se determina por
medio de la escala siguiente, llamada de Rossi-Forel:
I-Sacudida microsísmica,
registrada por un sismógrafo sólo, ó por varios del mismo sistema,
pero no por instrumentos de modelos diferentes. Sentida por un observador
ejercitado.
II-Sacudida
debilísima, registrada por sismógrafos de varios modelos y sentida por algunas
personas en reposo.
III-Sacudida muy
débil, sentida por muchas personas en reposo; bastante fuerte para que su
duración o dirección sean apreciables.
IV-Sacudida débil, constatada
por el hombre en actividad; estremecimiento de objetos movibles, de las puertas
y ventanas; crujido de los pisos, etc.
V-Sacudida de mediana
intensidad, sentida por toda la población; estremecimiento de los muebles,
retintín de algunas campanillas.
VI-Sacudida fuerte, despertamiento
general de la gente dormida, retintín general de las campanillas, balanceo oscilatorio
de las lámparas colgantes; parada de los relojes péndulos; estremecimiento
aparente de los árboles y arbustos. Algunas personas asustadas huyen de sus
habitaciones.
VII-Sacudida bastante
fuerte. Caída de objetos movibles; las tapias se derriban; repique de las
campanas en las iglesias; susto general sin daños en los edificios.
VIII-Sacudida muy
fuerte. Caída de las chimeneas, rendijas en los edificios.
IX-Sacudida
fortísima. Destrucción parcial ó total de algunos edificios.
X-Sacudida de, mayor
intensidad. Desastres grandes, ruinas, revuelta de los estratos terrestres;
grietas en las capas exteriores del suelo; derrumbamiento en las montañas.
Por un error de copia se dio
V como grado de intensidad del terremoto de que me ocupo, cuando en realidad se
quiso decir VII o VIII. Cayeron por todas partes los objetos de equilibrio poco
estable, tales como botellas, jarrones, estatuas y santos de madera y de yeso;
algunas tapias se derribaron, por ejemplo (en Cartago); las campanas repicaron
(en Aserrí) varios edificios fueron seriamente dañados, (las iglesias del
Naranjo, Desamparados, Heredia, San
José, etc.) En cuanto al susto ni para que decir que fue mayúsculo.
Se puede también juzgar de
la intensidad de un temblor, por la amplitud de las oscilaciones. El sismógrafo
de péndulo invertido (figura 3) amplifica 6 veces la mayor oscilación, antes
que el instrumento perdiera su equilibrio, fue de 6 cm, poco más ó menos, de
donde se deduce que la amplitud verdadera fue como de un centímetro. Esto
es, cada molécula de materia adquirió un movimiento oscilatorio horizontal de
un centímetro en cada sentido, en dirección NW--SE, que hubiera sido
suficiente, si se hubiera prolongado, para echar abajo los edificios más
sólidos.
Los terremotos y temblores
se clasifican también de acuerdo con el área en que fueron percibidos. La
escala más corriente es la del naturalista suizo Forel, que s como sigue:
Grupo 1: Diámetro del área
de sacudimiento, 5 km.
Grupo 2: Diámetro del área
de sacudimiento, 5-50 km.
Grupo 3: Diámetro del área
de sacudimiento, 50-150 km.
Grupo 4: Diámetro del área
de sacudimiento, 150-500 km.
Grupo 5: Diámetro del área
de sacudimiento, más de 500 km.
La determinación aproximada
de este diámetro en cada caso particular sería de mucho momento para el estudio
de los temblores en Costa Rica, pues permitiría determinar con bastante
precisión el punto de origen de los movimientos y de decidir si los autores de
éstos son el Poás, el Momotombo, el famoso Cacho Negro del 1889, ó si
son la luna, y las conjunciones de Venus. Desgraciadamente este elemento es muy
difícil conseguirlo, pues la gran la mayoría de los temblores pasan
desapercibidos fuera del Observatorio de
San José, y aún en éste el
servicio no está organizado de manera que haga segura la inscripción de cada
movimiento.
De los datos publicados por
la prensa se deduce que el temblor del 20 de Enero, pertenece á la clase
quinta, pues además de extenderse por todo el territorio de Costa Rica, fue
sentido en Bocas del Toro y también según parece, en Nicaragua. Se ha querido
hacerle cargo al volcán del Momotombo. Es hipótesis plausible, pero no se puede
dar fe así no más á los rumores que al respecto se han esparcido. ¿No se han
publicado en las repúblicas vecinas noticias de la destrucción de San José?
Otros han hablado del Poás. Se han visto por un sólo individuo con visos de visionario,
columnas de humo levantándose de la cumbre del cerro, y esto llegó á saberse
después del regreso de unos excursionistas á quienes se les atribuyó la noticia
de haber visto grietas y cenizas frescas en el cráter de aquel volcán: He
tenido el gusto de conversar con una de aquellas personas, y he podido
convencerme de que no exploraron completamente el cráter, ni vieron las tales
grietas, y menos cenizas frescas. Por lo demás la naturaleza geyseriana del
Poás, hacía á priori muy improbables tales acertos. ¡Me hacen mucha gracia esas
disquisiciones fantásticas de la prensa! Cada escritor cree haber visto lo que
le inspira su fantasía y lo da por sentado. Hasta se ha pretendido, después de
pasado todo, que aquel mismo personaje que vio los humos (estando jumado sin duda)
había predicho nuestro terremoto. En otros países tales profetas se consideran
peligrosos para la salud pública y se envían al manicomio. La ciencia sísmica
no puede contentarse con datos contradictorios, ni con simples aserciones.
Necesita hechos comprobados y en el caso particular del origen del terremoto
del 20 de Enero, fuerza es confesar que los datos son demasiado escasos é
inciertos para que se pueda afirmar nada.
H. PITTIER
Periódico El Día, Año V, N° 1254, 21 de enero de 1905, N° 1255, 22
de enero de 1905
El temblor de ayer, Pánico en la Capital:
Ayer a las doce y veinticinco minutos
del día, fue sorprendida la capital por uno de los más fuertes temblores que se
hayan sentido en Costa Rica, temblor que ha tenido resonancia en todas partes
de la República. Por la intensidad, por la violencia cuasi rabiosa y por la
duración del movimiento sísmico, los habitantes todos de la ciudad fueron
atacados de pánico, pues nada hay que atemorice más el humano espíritu que esos
fenómenos desastrosos contra los cuales la previsión, la ciencia y el talento
del hombre son impotentes. Las mujeres, los niños, las señoras, las señoritas,
todo el San José viviente, salía de sus casas a la calle, unos gritando, otros
rezando, otros con desmayos. Mujeres que corrían sin rumbo, niños que gritaban
aterrorizados, hombres compungidos, señoras rezando, perros que ladraban, un
verdadero pandemónium, una algarabía infernal reinó en toda la ciudad durante
algunos minutos. Diez segundos más y esta natural algarabía se habría troncado
en desolación, dejándonos sin hogar, pues de las notas que nos trae nuestro
reportero del Instituto Físico Geográfico, sacamos en consecuencia que el
temblor de ayer fue tan fuerte como el de 1888 que causó daños en la República.
Nuestro colaborador científico don Pedro
N. Gutiérrez nos acaba de traer un artículo con sus impresiones científicas que
con gusto publicamos por ser una autoridad en la materia. El Momotombo, que se
consideraba muerto está probablemente en relaciones con nuestros volcanes,
según telegrama recibido en esta capital. Nos permitimos aconsejar que se
durmiera con las puertas abiertas para evitar desgracias que pudieran
sobrevenir en caso de que se repitiera el temblor de ayer.
El
siguiente es el informe del Instituto Físico Geográfico: Temblor del 20
de enero 1905, a las 0 h, 32 m, 56 s p.m. El trazo del sismógrafo indica
claramente que, como es generalmente el caso, el movimiento se propagó en el
sentido NW-SE. Comenzó con una serie de ondas no muy fuertes que duraron 18
segundos poco más o menos, y continuó por un número inusual de choques bruscos
de cerca de 2 cm de amplitud que constituyen la parte sería del suceso y que
dilataron durante 8 segundos. Esta serie se inició por dos choques más fuertes
y acentuados que los demás. El terremoto concluyó con ondulaciones atenuadas de
2 s de duración. Las varias trepidaciones sentidas por todos y marcadas por los
instrumentos, deben considerarse como consecuencia de las oscilaciones
alternativas, y el terremoto fue netamente oscilatorio. A primera hora pueden
señalarse varios accidentes, tales como objetos caídos, relojes parados y
rajaduras en los edificios. Por su intensidad, este temblor fue tan notable
como el del 30 de diciembre de 1888, a las 4 h, 12 m, a.m., con la diferencia
de que no ha sido precedido de fuertes sacudimientos.
Lo
que dice Pedro Nolasco Gutiérrez: Temblor fuerte se sintió ayer aquí a
las 12 h, 25 m, del día de intensidad VI (dato corregido), duración 18 segundos,
dirección N-S, variando esta de E-W, según observaciones de don Fidel Tristán
(hijo) y mías. Ese temblor sucedió 52 minutos después del paso de la luna por
el meridiano inferior, un día después del lunísticio N, otro antes del
plenilunio, dos antes de la gran elongación W de Mercurio y tres del perigeo
lunar. Este terremoto aconteció dos días después de la llegada del cometa
Winnecke a su perihelio, época de los últimos desastres en Europa de que nos da
cuenta el cable.
Por lo que otras veces he dicho, creo
que los anteriores fenómenos astronómicos deben tener alguna relación con el
movimiento sísmico; y por la intensidad que me dicen que tuvo en Puntarenas se
me ocurre preguntar si ha influido también la actividad del volcán Momotombo de
Nicaragua, pues recuerdo que los 19 temblores que en un solo día de enero de
1897 se sintieron aquí, tuvieron conexión con los de aquella República. Se
relaciona también con la columna de vapor que anoche a las 7 se levantaba del
volcán Poás.
LOS DAÑOS CAUSADOS
No pocos fueron los daños causados en el
breve momento que duró el temblor, muchos edificios, cual más menos, sufrieron
averías y desperfectos.
EN
SAN JOSÉ:
La
Iglesia Catedral
De todos los edificios, el que sufrió
más fue la Catedral, hasta tal punto que ha quedado en un estado amenazante. La
azotea del vestíbulo principal está rajada en medio, lo mismo que la de la
entrada norte. Las dos torres han quedado separadas de las paredes laterales
por una rajadura, siendo más notable la del lado sur. La rajadura más
considerable es la de la pared de la claraboya de la parte posterior, siendo
como de tres metros y medio de largo. Gran número de ladrillos y repellos
cayeron en el interior del edificio, y según parece, una persona que en esos
momentos se encontraba rezando, recibió un fuerte golpe. El reloj de la iglesia
se paró a las 12 y 25 p.m., hora en que ocurrió el primer terremoto.
El
Teatro Nacional
Inmediatamente que pasó el temblor, nos
dirigimos al Teatro Nacional, que se decía había sufrido serias averías. El
señor Mayoral nos informó que había hecho un minucioso examen de todo el
edificio, no encontrando ningún daño absolutamente. Las estatuas de la fachada,
colocadas en el tejado, se mecían violentamente, pero no cayeron porque están
sujetas con unas barras de hierro.
Casas
particulares
Por lo menos 32 casas sufrieron
rajaduras y desplomos, a una casa se le hundió todo el techo y la casa de la
señora Amelia Castro quedó desplomada en el Barrio de La Puebla. En las pulperías
y almacenes se cayeron estantes, losas y cristalería. El Hotel Imperial quedó
bastante averiado. Los daños fueron pronto subsanados.
Edificios
públicos
En la cárcel pública se abrió la pared
que da al salón de enfermería. En la Iglesia de la Merced se reventó la torre
en varias partes. En la Fábrica Nacional de Licores se cayó parte de la pared
del departamento en que está el destilador. Los edificios del Liceo de Costa
Rica y Escuela Normal, sufrieron varios daños. En las arcadas de la Plaza Mora
se cayó gran parte del repello. El Teatro Variedades quedó inútil.
TELEGRAMAS
DE OTROS LUGARES
De Alajuela: El temblor de esta tarde fue
excesivamente fuerte. Se observa una columna de humo que sale de la cumbre del
volcán Poás. Reinó gran alarma en la población. De algunas casas se
desprendieron partes de pared.
De Cartago: Temblor fuertísimo. Grande
alarma en la población. Iglesia de Los Ángeles sufrió rajaduras. Por un
fenómeno inexplicable, en la parte sur de la ciudad se sintió con mayor fuerza
y fue en donde más estragos hubieron. Mientras que hacia el lado Norte fue tan
leve que hubo no pocas personas que no lo advirtieron. Casi todas las iglesias
y edificios públicos sufrieron algunos daños. Como a 150 varas al sur de la
iglesia de San Francisco se cayeron unas paredes de la casa de don Ramón Masis;
en esa misma manzana se desplomaron muchas casas y se rajaron varias paredes.
En la manzana que está situada al este de la anterior, hay tapias y aleros
caídos; en una esquina de esa misma manzana se fue al suelo una casa que
pertenece a una importante familia de esa localidad.
La casa de Don Antonio Céspedes, que es
nueva y de ladrillo, está toda rajada y gran parte caída. Por la Plaza Iglesias
se cayeron algunas viviendas de gentes muy pobres. La casa de don J. Marcelino
Robles se rajó y estuvo a punto de caerse una pared. Hay algunas casas
particulares en muy mal estado, unas sin techo, otras con las paredes rajadas o
caídas y por ese tenor se encuentran todas. En general, es rara, rarísima la
casa situada en la parte sur de la ciudad de Cartago que no haya sufrido
desperfectos ocasionados por el fuerte terremoto.
De Naranjo: Con pocas excepciones, casi
todas las casas sufrieron desperfectos a causa del inesperado temblor de hoy.
La iglesia quedó en estado lamentable, habrá que reconstruirla casi totalmente.
Presbítero Carvajal sumamente consternado. Hay pánico en la población. Grandes
pérdidas en la botica de Mariano Castro Ureña y en el establecimiento de Carlos
Chinchilla
De San Ramón: A las 12 horas y 25
minutos fuerte temblor. Parte del Palacio fue destruido y el resto muy averiado
y se encuentra en peligro. La Iglesia y la cárcel sufrieron algunos
desperfectos. Gran pánico reina entre los habitantes.
De Santa Bárbara: Temblor muy fuerte.
Las campanas repicaron sin concierto. Muchas casas desplomadas y averiadas, el
techo de la casa de Cecilio Campos se hundió. Dichosamente no hubo desgracia
personal que lamentar, aún cuando en los primeros momentos se esperaba.
De Grecia: El temblor aquí no ocasionó
desgracias personales, pero si varios desperfectos en casas particulares. De la
iglesia de San Jerónimo cayó toda la portada, el resto inútil. Se hundieron la
casa de M. Sáenz y otras.
De Heredia: Algunas casas quedaron
rajadas. En el cementerio sufrieron daños varias bóvedas. Vecindario
asustadísimo. En varias pulperías cayeron botellas. Personas cantando el Santo
Dios y arrodilladas en la calle.
De la frontera: Se sintió fortísimo de
norte a sur. En Nicaragua volcán Momotombo que estaba extinguido, se halla en
actividad.
De Puntarenas: El temblor de hoy se
sintió en este puerto de manera desastrosa. Debido a ser de madera las casas,
no hubo mayores daños que lamentar. La casa de la administración de licores
está desplomada. La población muy alarmada.
De Aserrí: Las torrecitas del reloj,
completamente rajadas. Muchas averías en las casas. Alarma en la población.
De San Rafael: No hubo desgracia
personal. Las dos iglesias sufrieron daños, lo mismo la casa municipal y otras
casas particulares.
De San Isidro: No ha habido ninguna
novedad con el temblor, entiendo que aquí fue menos fuerte.
De Desamparados: Con el temblor sufrió
desperfectos la portada de la iglesia, lo mismo que muchas casas particulares.
No hubo desgracia personal.
De Barba: Los daños ocasionados por el
temblor no son de consideración. La iglesia sufrió algo.
De Santo Domingo: Temblor causó
desperfecto general. Algunos aleros caídos, pérdidas de mayor consideración en
la Basílica, se calculan en 50 mil colones, esta con muchas grietas. La parte
superior de las torres quedó en pésimo estado. Desgracia personal ninguna.
De Guadalupe: El temblor ocasionó muchos
daños en esta villa. El botiquín del Licenciado don José Antonio Araya se vino
al suelo perdiendo como 200 colones por haberse revuelto los medicamentos al
quebrase los frascos. Las torres de la iglesia sufrieron desperfectos, lo mismo
que muchas casas particulares.
De Escazú: Paredes de la gruta edificada
en el jardín de la iglesia desplomada. Considerables pérdidas en la pulpería de
Luis Madrigal.
De Bagaces: Fuerte temblor a las 12 h y
25 m. Grande alarma.
De Limón: No ha ocurrido nada, no sé
sintió nada. En esta localidad fue tan pequeño el temblor, que la mayoría de
los habitantes no lo advirtieron.
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